Del rol de víctima al protagonismo: cómo asumir tus sentimientos
- 1 sept
- 4 Min. de lectura

Ser responsable de tus sentimientos te hace más consciente y más libre
Cuando asumes la responsabilidad de tus sentimientos, ya no necesitas culpar al otro ni a la “mala suerte” por lo que te sucede. Esto te permite pasar del rol de víctima indefensa al rol de protagonista de tu vida.
Recuerdo que el día en que entendí esto me sentí increíblemente empoderada, y poco a poco logré salir de la espiral negativa en la que había vivido sumida por muchos años. Mi camino de crecimiento personal inició precisamente a raíz de episodios recurrentes de depresión clínica que estaban acabando con mi vida.
Es importante recordar que nadie te “hace” feliz y, de la misma forma, nadie “es causante” de tu tristeza, enojo, frustración o dolor. Lo que sientes nace en ti, y tienes el poder de transformarlo.
Diferencia entre emoción y sentimiento
A menudo se usan estos términos como sinónimos, pero no significan exactamente lo mismo:
Emoción: respuesta automática, inconsciente, intensa y de corta duración. Es un impulso biológico.
Sentimiento: experiencia consciente y subjetiva de esa emoción, mediada por el pensamiento. Puede durar más tiempo y está asociada a la interpretación mental.
Ejemplo:
Emoción: Un sobresalto al escuchar un ruido fuerte.
Sentimiento: La interpretación de ese sobresalto como “miedo”, que puede permanecer y durar, según la situación.
👉 La emoción se siente directamente en el cuerpo, mientras que el sentimiento es la forma en que la mente interpreta esa emoción.
Me resulta muy interesante que la palabra “senti-miento” pueda entenderse como el sentir (del cuerpo) y el mentir (de la mente). El cuerpo nunca miente, pero la mente sí, porque crea historias a partir de creencias limitantes o de una imaginación muy fértil.
Realidad vs. percepción
Existe una diferencia entre la realidad y lo que percibimos como tal a través de nuestras historias mentales. Reconocer y aceptar esta diferencia es clave para volvernos más conscientes.
Cada persona es responsable de sus actos y de sus sentimientos. Muchas veces, lo que experimentamos como tristeza, ira o frustración no son más que interpretaciones de la realidad teñidas por creencias limitantes.
Según la filosofía budista, todo evento es neutro. Somos nosotros quienes lo cargamos de un sentido positivo o negativo, de acuerdo con lo que llevamos dentro.
Cómo canalizar nuestras emociones
El primer paso es observar y reconocer la emoción en el cuerpo:
¿Qué siento?
¿Dónde lo siento?
¿Cómo lo siento?
Por ejemplo, ante la emoción de enojo, podrías notar calor en el rostro, un vacío en el estómago o tensión en la mandíbula y los puños. Practicar esta escucha activa del cuerpo ayuda a reducir la intensidad de la emoción.
Después, respira profundamente tres veces antes de reaccionar. Esta pausa crea un espacio entre el hecho y tu respuesta. El cerebro recibe el mensaje de bajar la guardia, lo que te permite ver la situación con mayor objetividad y no desde la distorsión de la mente.
Es muy importante permitirte sentir la emoción en el cuerpo, no se trata de ignorarla ni de rechazarla, por el contrario, se trata de sentirla completamente, de ser consciente de ella.
Cómo hacernos responsables de nuestros sentimientos
Aquí ya hablamos de la interpretación que damos a una emoción, no de la emoción como tal.
Ejemplo práctico
Hecho objetivo (neutro): Laura llega a su trabajo, saluda a su jefe, y él no responde porque camina rápido hacia su oficina.
Interpretación desde creencias limitantes:
“Seguro está molesto conmigo.”
“Habré hecho algo mal en el informe.”
“Nunca logro complacerlo, siempre fallo.”
Creencia de fondo: “No soy suficiente / siempre decepciono a los demás.”
👉 Resultado: Laura pasa el día ansiosa, insegura y con miedo a ser despedida.
Interpretación desde neutralidad:
“Parece que mi jefe tiene prisa o está preocupado por algo.”
“Quizás no me escuchó.”
“Más tarde puedo acercarme a saludarlo de nuevo.”
👉 Resultado: Laura se mantiene tranquila y no se lo toma de manera personal.
Ejercicio para trabajar tus sentimientos
Identifica el hecho: Escríbelo de manera neutra, sin juicios.
Anota tu interpretación automática: ¿Qué pensaste o sentiste en ese momento?
Detecta la creencia detrás: Pregúntate, ¿qué tendría que creer para interpretar esto así?
Busca dos interpretaciones alternativas más neutras o compasivas.
Observa el cambio: Nota cómo varía tu estado emocional al reformular tu mirada.
👉 Recuerda: hacerte responsable de tus sentimientos no significa negar lo que sientes, sino reconocer que el sentir es tuyo y es fruto de tus interpretaciones, observalo y elige cómo responder. En ese momento recuperas tu poder interior.
Te comparto la dinámica completa del ejercicio, con un ejemplo práctico, para que la puedas imprimir y usar cuando gustes. Mientras más veces lo hagas mayor consciencia tendrás de tus creencias limitantes y podrás re-formularlas.
Espero que el tema de hoy te haya gustado.
Con cariño,
Susana🌷
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